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Conoce antes de crecer: Lo esencial de la inversión para principiantes

sep. 18, 2025Coaching financiero

Desde fuera, invertir puede parecer intimidante. Existe un sinfín de consejos contradictorios, jerga complicada y noticias sobre los altibajos del mercado de valores. Pero la base de la inversión es simple: poner tu dinero a trabajar para que crezca con el tiempo y así lograr tus metas financieras.

¿La mejor parte de invertir? No necesitas ser un experto para empezar. Con la mentalidad adecuada y algunas estrategias sencillas, puedes comenzar a construir un portafolio de inversión para alcanzar tus objetivos. Sigue leyendo para descubrir cuándo deberías comenzar, los tipos de inversiones disponibles, cómo manejar los riesgos y por qué la paciencia es la base del éxito.

¿Cuándo deberías empezar?

El mejor momento para comenzar a invertir es tan pronto como puedas. Incluso pequeñas contribuciones crecen significativamente con el tiempo gracias al interés compuesto, y empezar temprano ayuda a establecer hábitos financieros saludables. Invertir no se trata de ganancias a corto plazo, sino de crecimiento constante a largo plazo.

Un plan 401(k) patrocinado por el empleador suele ser la forma más fácil de comenzar. Si tu empleador ofrece una contribución de contrapartida, la mayoría de los expertos financieros recomendarían aprovecharla. Es, esencialmente, dinero gratis añadido a tus ahorros para el retiro. Incluso contribuciones modestas combinadas con ese beneficio pueden brindar una base sólida.

Ya sea a través de un plan laboral o de otra cuenta, cuanto antes empieces, más tiempo tendrá tu dinero para trabajar por ti.

Tipos de inversiones

Existen varios tipos de inversiones disponibles, pero para los inversionistas principiantes nos enfocaremos en cuatro: acciones, bonos, fondos mutuos y fondos cotizados en bolsa (ETFs).

Las acciones representan una participación en la propiedad de una empresa. Las acciones individuales presentan un mayor nivel de volatilidad y riesgo que otros tipos de inversión, ya que su valor puede subir o bajar diariamente, incluso minuto a minuto en algunos casos. Sin embargo, también ofrecen el mayor potencial de crecimiento.
Los bonos funcionan más como un préstamo a una empresa o gobierno, que te paga intereses durante un periodo determinado. Al final de ese plazo, recibes tu inversión inicial más los intereses. Muchas personas consideran a los bonos una inversión más segura que las acciones, ya que ofrecen un ingreso más estable.

Los fondos mutuos y ETFs son vehículos de inversión colectiva que distribuyen tu dinero entre una variedad de acciones o bonos, y pueden ser gestionados de forma activa o pasiva. Son un excelente primer paso para diversificar tu portafolio.

Cómo mitigar el riesgo

Con cualquier inversión siempre habrá algún tipo de riesgo. Sin embargo, el nivel de riesgo y la probabilidad de un resultado negativo varían según el tipo de inversión que elijas.
Las acciones individuales tienen el nivel de riesgo más alto, ya que su precio depende tanto de la situación de una sola empresa como del mercado en general.

Los fondos mutuos y los ETFs implican menos riesgo porque combinan varias inversiones; aunque algunas acciones dentro de ellos puedan fluctuar, estás protegido frente a la caída de una acción individual por el valor del resto de las inversiones en el fondo.
Los bonos presentan el nivel de riesgo más bajo, aunque sus rendimientos están limitados al interés generado.

Estos riesgos pueden mitigarse. Los profesionales suelen recomendar manejar el riesgo diversificando el portafolio con una mezcla de acciones, bonos, fondos mutuos y ETFs. Más allá de esa combinación, también puedes diversificar entre inversiones nacionales e internacionales para proteger tu portafolio de tendencias económicas regionales.

Tiempo en el mercado e interés compuesto

Uno de los principios más importantes de la inversión es que el tiempo en el mercado es mucho más importante que intentar predecir el mercado. Los precios varían día a día y año tras año, y esa volatilidad puede ser desconcertante, especialmente para los inversionistas principiantes. Sin embargo, la historia demuestra que mantenerse invertido durante los picos y las caídas rinde frutos a largo plazo.

El poder detrás de este enfoque es el interés compuesto: cuando los rendimientos que obtienes comienzan a generar a su vez nuevos rendimientos. Cuanto antes empieces a invertir y más tiempo te mantengas invertido, más rápido crecerá tu patrimonio. Incluso aportaciones modestas pero constantes pueden convertirse en sumas significativas con el tiempo.

Intentar predecir el mercado también conlleva sus propios peligros. Por ejemplo, el S&P 500 ha tenido un rendimiento anual promedio ligeramente superior al 10% en los últimos 20 años, pero un inversionista que hubiera salido del mercado en los 10 mejores días de negociación de ese periodo habría perdido más de la mitad de los rendimientos. Mantenerse invertido garantiza que captures esas ganancias cruciales, que a menudo ocurren en momentos impredecibles.

Aunque el mundo de la inversión pueda parecer abrumador, empezar lo antes posible, construir un portafolio bien diversificado y mantenerte invertido en los buenos y malos tiempos te pondrá en el camino hacia el logro de tus metas financieras.

Si deseas comprender mejor tu situación financiera, desde cómo elaborar un presupuesto hasta establecer metas de ahorro, agenda una cita con un Entrenador Financiero de HAPO.

Para aprender más sobre inversiones de parte de Asesores Financieros, escucha este episodio de Dollars & Sense, el pódcast de educación financiera de HAPO Community Credit Union, donde Scott conversa con Nick Haberling, CFP®, y Tyler Pearson, CFP®, Asesores Financieros de HFG Trust.


Matt Ward

Matt Ward

Marketing Specialist |

mward@hapo.org

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